Trautonium y Mixturtrautonium, de Friedrich Trautwein (1930)

14.5.08

A fines de los años '20, Berlin era un importantísimo centro de vanguardia estética y estilística con una notable efervescencia musical. Este contexto junto con las particularidades históricas de la Alemania previa al ascenso del nazismo, crearon un fervor por lo moderno que propició el desarrollo de una música maquinal y de los instrumentos para interpretarla.
Trautwein se propuso crean un instrumento que combinara todas las posibilidades rítmicas, armónicas, interválicas y tímbricas en un instrumento que fuera, además, polifónico (lo que se consiguió 20 años después). Consideró que con sus creaciones contribuiría a reconciliar dos áreas del espíritu humano falsamente divididas: arte y técnica. La gran versatilidad del trautonio, su facilidad de operación y su relativamente bajo costo lo pusieron en la mira de varios músicos de vanguardia que lo consideraron idóneo para la creación de una infinita gama de timbres y también para la reproducción de sonidos de los instrumentos tradicionales, eludiendo sus limitaciones.
Para 1933, en Berlín, se pudo apreciar la actuación de una orquesta eléctrica que constaba de:
dos Theremins, un trautonio, un hellertión, un piano electromagnético Neo-Bechstein, un piano electroacústico, un violín, un violoncello sin caja y un generador electrolumínico experimental. Este conjunto interpretaba tanto obras populares como clásicas además de piezas compuestas especialmente para instrumentos electroacústicos.
El músico y técnico Oskar Sala perfeccionó el instrumento hasta convertirlo en una máquina extraordinaria transfromando el relativamente simple Trautonio en el Mixtur-trautonium polifónico.
Las cualidades tímbricas del trautonio y compositivas e interpretativas de Sala fueros apreciadas no solo por los músicos sino también por cineastas: Sala sonorizó, entre cientos de films, la película "Los Pájaros" de Alfred Hitchcock.


Fuente: Profesor Ernesto F. Romeo.
Imagen: Oskar Sala, Alfred Hitchcock y el Trautonium.

4 comentarios:

Fede dijo...

Muy lindo artículo.

Me quedo pensando en el propósito de Trautwein:

"reconciliar dos áreas del espíritu humano falsamente divididas: arte y técnica"

Y hasta disiento un poquito. El hecho de que por el gran salto que pegaron la ciencia y la técnica a principios del siglo XX esta última pueda haberse separado un poco del camino que venía siguiendo el arte es comprensible. Y de ahí que apareciera una brecha que Trautwein (u otros) pudieran querer disipar.

Ahora, más allá de esa situación circunstancial del período no me parece que arte y técnica hayan sido aspectos del espíritu humano falsamente divididos si uno lo mira con un poco más de perspectiva.

A mi me parece que las sociedades humanas siempre fueron adaptando los medios técnicos con los que contaban para su aplicación al arte. Pensando en particular en la música, inicialmente quizá, armando tambores con los cueros de los animales que cazaban. Muchísimo despues los tambores de madera sufrieron un avance enorme con la posibilidad de amarrar el cuero a aros de metal, cuando se pudo dominar esos materiales.

Mmm, yo no creo que una "sanfona" medieval o que un piano moderno hayan estado retrasados respecto de las posibilidades técnicas de sus respectivas épocas de aplicación original.

Y lo mismo para muchísimos instrumentos. Lo que quizá confunde un poco es que los usos que se les puede dar a muchísimos instrumentos son tan amplios (tan infinitos), y dan tanto lugar a la imaginación creativa, que uno puede seguir creando cosas nuevas hoy con una flauta milenaria.

También sucede que lo que se puede hacer con un esos tambores que podían entretener a los humanos en sus inicios culturales nos generarían casi las mismas cosas hoy! Nos seguiría gustando escucharlos. A pesar de contar con muchísimos más recursos desde el punto de vista de la técnica. Y seguramente la sensación que es capáz de producir un guitarrista con su guitarra acústica no es posible de reproducir con instrumentos técnicamente "más" dotados.

Y bien, de este intento de reflexión puede concluirse algo como que: los siglos y la acción de muchísimos individuos nos dotaron (y nos siguen dotando) de montones de posibilidades técnicas aplicables al arte, de nosotros depende seguir extrayéndoles su infinito jugo a las nuevas y a las viejas. Y explorar las posibles combinaciones geométricamente crecientes entre los medios que ya existían y los nuevos que van apareciendo, y los que aparecerán.

Unknown dijo...

Hay muchas cosas que se separaron, la ciencia y el "progreso" son grandes separadores, especializadores, la sociedad civilizada occidental ha venido separandose y separando todo, desconectando lo que está unido. Pero debajo de la gran corriente hay otras pequeñas que van uniendo o quizás manteniendo la unión de lo que se ve separado.

Sebastián dijo...

Yo creo que esa unión de arte y técnica apunta al hecho de que muchos músicos, principalmente los compositores, comenzaron a crear su música teniendo en cuenta estos avances tecnológicos.
Hace unos 300 años, el compositor escribía la música en pentagrama y luego la orquesta lo ejecutaba. Y ahí básicamente terminaba todo. No existía la inquietud del músico más allá de su creación estrictamente musical.
En cambio para entrado el siglo XX, los mismos músicos (como Trautwein), empezaron a extender sus técnicas compositivas, interesándose en las nunevas posibilidades técnicas.
Incluso un poco después, se empezó a componer directamente en los estudios de música y grabación, teniendo en cuenta los elementos técnicos.
Por ejemplo, hay música compuesta especialmente para sonido cuadrafónico. Es decir, el compositor está teniendo en cuenta no solo la música que crea, sino la instancia de reproducción de la misma.

Entre otras cosas, estoy de acuerdo con Drummer en que la música creada con instrumentos antiquísimos como un tambor, pueden gustarnos y entretenernos tanto como a una comunidad de hace 800 años.
En contraposición a eso, algunas vanguardias consideraron que a medida que el hombre "evoluciona", su música también lo hace. Como por ejemplo los músicos Futuristas, que hacían música con máquinas y aparatos, imitando el sonido industrial.
La diferencia entre lo que plantean ellos y lo que, creo, nosotros pensamos, es que ellos expusieron sus ideas como un quiebre con el pasado, intentando dejarlo atrás para inundar su presente con esa nueva concepción musical. Y creo que nosotros estamos en una etapa en la cual no hay algo "nuevo" bien definido, algo que pueda llamarse una nueva vanguardia; sino que creo que más bien estamos en un período en el que converge la música de casi todos los períodos, de la cual podemos aprender y disfrutar hasta el cansancio.

E dijo...

Buena entrada. A mí me parece que es pertinente reeflexionar acerca del contexto de producción de esa idea, es decir, la Alemania Weimariana, aquella que los analistas mñás calificados denominan la época del "modernismo reaccionario"· En ese contexto es certero el comentario de Ulises acerca de los futuristas. El instrumento ya no sería el medio que posibilitaría la consecución del hecho artístico sino un elemento inherente al mismo. Este es el principio que orientaba a la estética fascista (no lo estoy juzgando, sólo trato de describirlo). Esta concepción de que "el arte debe inundar la sociedad", esta estetización de la tecnológía, e incluso de la política, es uno de los más característicos rasgos de los movimientos del llamado modernismo reaccionario. Investigaré más respecto del curioso instrumento. Saludos.