Una flor amarilla

31.1.08



"Estaba al borde de un cantero, una flor amarilla cualquiera. Me había detenido a encender un cigarrillo y me distraje mirándola. Fue un poco como si también la flor me mirara, esos contactos, a veces... usted sabe, cualquiera los siente, eso que llaman la belleza. Justamente eso, la flor era bella, era una lindísima flor. Y yo estaba condenado, yo me iba a morir un día para siempre. La flor era hermosa, siempre habría flores para los hombres futuros. De golpe comprendí la nada, eso que había creído la paz, el término de la cadena. Yo me iba a morir y Luc ya estaba muerto, no habría nunca más una flor para alguien como nosotros, no habría nada, no habría absolutamente nada, y la nada era eso, que no hubiera nunca más una flor."


Extracto de "Una Flor Amarilla", de Julio Cortázar.


Imagen: Plazoleta de Ushuaia, Tierra del Fuego, por S.E.

7 comentarios:

gabrielaa. dijo...

ulises

gabrielaa. dijo...

que el texto me dio un golpe.
y te nombré para salir de la nada.

María Noel Alvarez dijo...

hermoso, justo hoy pensaba en cortazar y un cuento sobre una nena discapacitada que jugaba a hacer hermosas figuras como estatuas frente a las vias del tren... ¿sabes cual es>?

Sebastián dijo...

Final del Juego

... dijo...

"De golpe comprendí la nada, eso que había creído la paz, el término de la cadena." y "siempre habrá flores para los hombres futuros", son dos construcciones que me pueden me gustan, me transmiten y me llevan ahì... a viajar a no se donde.


Bexo!

Unknown dijo...

Me pasa muy seguido que las cosas me miran, la comprensión de algo en un golpe: un día de pronto comprendí el universo, me sentí lleno, y decir lleno es infinitamente menor a lo que sentí, por eso al instante siguiente comprendí que no podía explicarlo.

E dijo...

Recuerdo que hace muchos años, diez o quince quizás, leyendo en la cama durante una mononucleosis de dos meses ese injustamente relegado a segundo plano cuento de Cortázar, sentí que había empezado a percibir la belleza de una manera diferente... Me gustó releer ese fragmento después de tanto tiempo. Dan ganas de volver al cuento